Sébastien Lecornu presentó su renuncia al cargo de primer ministro de Francia tras ocuparlo durante apenas 26 días, convirtiéndose en el mandatario más efímero de la Quinta República. Su dimisión fue aceptada por Emmanuel Macron pocas horas después de que Lecornu anunciara la formación de su gabinete. 

Lecornu sostuvo que, durante ese breve período, trató de construir vías de diálogo con actores sociales y representantes empresariales para reactivar temas clave como el seguro de desempleo, la “penosidad” laboral y la Seguridad Social. Sin embargo, dijo que esas condiciones para gobernar dejaron de existir. 

Además, criticó a su propio bloque político al señalar que algunos aliados no habrían respetado el espíritu de cambio que prometía su administración. Citó en particular al partido conservador Los Republicanos, al que apuntó por resistir “la ruptura prometida” y reclamar más poder en las decisiones ministeriales. 

Con la renuncia ya confirmada, Macron deberá nombrar un nuevo jefe de gobierno en medio de una creciente crisis institucional. La situación política ya mostraba signos de fragmentación desde la salida del anterior primer ministro, François Bayrou, y ahora el presidente se enfrenta a múltiples frentes: formar un gabinete con respaldo, definir una nueva agenda y contener protestas y rechazos parlamentarios.