El presidente Javier Milei salió al cruce este miércoles ante las denuncias de posibles hechos de corrupción en su gobierno y en el entorno político oficialista. Aseguró que su administración actúa con “inflexibilidad” y “terminantez” ante cualquier acusación, minimizando lo que llama “chimentos de peluquería” como denuncias sin sustento real. 

Milei también responsabilizó al kirchnerismo por lo que interpreta como una estrategia de campaña basada en “operaciones para dinamitar e inventar problemas”. Sostuvo que estos señalamientos se potencian en períodos electorales y buscan dañar la imagen del oficialismo antes de los comicios legislativos del 26 de octubre. 

En relación a los casos puntuales, defendió al candidato José Luis Espert diciendo que si creyera que alguien es corrupto “ya lo hubiera echado”. Resaltó además que no permitirá que “le digan a quién echar por rumores” ni que lo presionen con acusaciones sin pruebas. 

Finalmente, Milei sostuvo que pese a la tensión política, el plan económico continúa firme y que se trabaja en “bases de gobernabilidad”. Confió en que los votantes reconozcan lo que considera diferencias de fondo entre “libertad” y “retroceso” al momento de emitir su voto.