El joven, de 18 años y jugador de las inferiores de San Telmo, perdió la vida mientras era sometido a una operación de rodilla en la clínica Espora, en Adrogué. El procedimiento, que era para reparar los ligamentos cruzados, se transformó en una pesadilla inesperada.

Su familia exige ahora respuestas concretas. El deportista llegó acompañado por su padre, quien aún no puede comprender cómo una intervención de rutina terminó con el peor desenlace. La autopsia será clave para determinar si hubo errores en la atención médica.

El relato más duro: “Volví solo, sin mi hijo”
En diálogo con medios televisivos, el papá de Camilo compartió recuerdos de las horas previas. Contó que viajaron juntos con entusiasmo, haciendo chistes y sacándose fotos. “Entró al quirófano feliz, sin miedo”, dijo.

Pero menos de dos horas después, la noticia lo quebró: su hijo había sufrido un paro y no logró ser reanimado. “No hubo alertas, nada… simplemente se fue. Es imposible explicar este dolor”, expresó con la voz entrecortada.

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Según relató, fue el propio cirujano quien le informó que el paro ocurrió al momento de extraer un segundo injerto. Aunque no se le dieron detalles precisos, el padre señaló que circulan versiones que apuntan al uso de anestesia como posible causa del colapso.

La familia evalúa presentar acciones legales por presunta negligencia. “No quiero venganza, pero sí que se sepa la verdad. Camilo no merecía esto. Mi compromiso es no abandonar a su madre ni a su hermana. Pero por dentro, yo también estoy roto”, cerró.