El gobierno iraní anunció que da por concluida su operación militar contra Israel, en represalia por el bombardeo que destruyó su consulado en Siria a comienzos de abril. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Nasser Kanaani, afirmó que la respuesta fue "moderada y legítima", y que se ejecutó con el objetivo de dejar un mensaje firme sin generar una guerra a gran escala.

Según las autoridades iraníes, el ataque fue ejecutado de forma precisa, evitando causar víctimas civiles o mayores daños colaterales. El régimen explicó que no tiene intenciones de continuar con acciones bélicas, a menos que Israel realice nuevos ataques contra su territorio o contra sus representaciones diplomáticas.
Desde Teherán remarcan que, tras su ofensiva, Israel no respondió con una acción militar directa, lo que interpretan como una señal de contención o incluso como aceptación tácita del equilibrio alcanzado. Para el gobierno iraní, esta falta de represalia demuestra que su mensaje fue entendido: Irán no busca una guerra, pero está dispuesto a defenderse si lo considera necesario.

Kanaani sostuvo que la operación fue parte del “derecho a la autodefensa” y que se inscribe dentro de la estrategia de resistencia activa frente a las amenazas externas. La ofensiva, según señaló, tuvo carácter disuasorio y no pretendía una escalada regional. La situación, por ahora, parece haberse estabilizado, aunque en un clima todavía cargado de tensión.

A nivel interno, el gobierno iraní calificó la respuesta como una muestra de fortaleza y la presentó como un triunfo simbólico frente a lo que consideran la agresión constante de Israel en la región. Funcionarios de alto rango destacaron que esta acción representa también un respaldo a las causas de los pueblos de Palestina, El Líbano y Siria, con quienes Irán mantiene una alianza estratégica.

Mediante comunicados oficiales y en la prensa estatal, Irán subrayó la eficacia de su sistema defensivo y el profesionalismo de sus fuerzas armadas. Si bien aseguran que no desean un conflicto prolongado, advirtieron que no bajarán la guardia y que cualquier nueva agresión recibirá una respuesta “proporcionada y contundente”. La comunidad internacional sigue de cerca estos movimientos en un escenario regional sumamente frágil.