martes 24 de junio de 2025 - Edición Nº-3175
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Clan Carreño: la mansión incautada en Sierra de los Padres por lavado


Una lujosa propiedad valuada en más de medio millón de dólares, varios autos de alta gama y una suma considerable de dinero en efectivo fueron incautados como resultado de una investigación que tiene como foco central al narco boliviano Darwin Alarcón Carreño y su red familiar dedicada al lavado de dinero.

Un nuevo capítulo se suma a la investigación por lavado de activos del entorno familiar de un narco boliviano afincado en Mar del Plata al efectuarse en los últimos días varios allanamientos que corroborarían dichas maniobras a través de la compra de suntuosas propiedades, automóviles y negocios comerciales.

Fueron 14 los allanamientos —doce en distintos barrios de Mar del Plata y dos en Sierra de los Padres— desplegados y que posibilitaron detener a dos nuevos miembros del clan liderado por Darwin Alarcón Carreño, un ciudadano boliviano que cayó con una identidad falsa en esta ciudad en septiembre del año pasado. Además se incautaron vehículos de alta gama, una gran cantidad de documentación, armas, dinero en efectivo y estupefacientes, a la vez que una mansión quedó bajo custodia por la imposibilidad de que la hayan podido financiar con dinero legal.

El procedimiento fue el resultado de una investigación iniciada en 2018 por orden del Juzgado Federal Nº 3, a cargo del juez Santiago Inchausti, que buscaba esclarecer el origen del patrimonio de un grupo de personas sospechadas de mantener un nivel de vida incompatible con sus ingresos declarados. Esa causa avanzó hasta que en julio del año pasado fue elevada a juicio con la esposa de Alarcón Carreño como principal imputada por lavado de activos. También fueron procesados otros miembros del clan, quienes, según la Justicia, desarrollaron un sistema financiero para blanquear activos provenientes de actividades relacionadas con el narcotráfico.

Para entonces, Alarcón Carreño estaba con paradero desconocido, por lo que se dictó su captura y en septiembre sucedió un episodio cinematográfico que permitió su detención. El 18 de septiembre del año pasado una mujer llamó a la policía para alertar que su novio llamado Alejandro Caamaño había sido secuestrado. Horas después ese hombre fue encontrado deambulando por las calles de Playa Serena, con las manos precintadas. Su relato no convenció a los policías ya que dijo en realidad llamar Fernando Villagrán Castillo y que le había dado ese otro nombre a su amante. Tras una serie de averiguaciones se determinó que no era ni Caamaño ni Villagrán Castillo, sino que en realidad se trataba del prófugo Carreño.

Desde entonces permanece detenido y la Justicia Federal se abocó a profundizar mucho más en los análisis contables y financieros tanto de Carreño como de su esposa Romina Julieta Juárez.

A la espera de ambos juicios, tanto a la mujer como a Carreño, se logró reunir suficiente prueba para dar alcance a todas las maniobras fraudulentas que siguieron produciéndose y que se remontan al año 2011. Se cree que desde esa fecha el Clan Carreño lavó dinero en Mar del Plata y la zona con grandes sumas obtenidas por la venta de droga.

Los datos recolectados permitieron identificar a otros tres integrantes del círculo familiar que pasaron a ser investigados: dos hermanos y otro cuñado de la mujer detenida. Todos figuraban como titulares de bienes cuya valuación excedía ampliamente sus posibilidades financieras. Ninguno tenía ingresos formales ni actividad económica registrada.

Uno de los elementos más llamativos surgió del análisis de una propiedad ubicada en Sierra de los Padres: una mansión valuada en 550 mil dólares, construida con materiales costosos y diseño de alto nivel. Aunque el inmueble estaba a nombre de uno de los implicados, fue su hermana, la esposa de Carreño, quien financió casi la totalidad de la obra, incluyendo el pago a la empresa constructora y la compra de materiales.

La investigación fiscal determinó que esta mujer, inscripta como monotributista, había declarado ingresos superiores a 51 millones de pesos en 2024, una cifra abismalmente superior al máximo permitido en ese régimen impositivo. A su vez, aunque decía manejar un centro de estética y un local de ropa, los ingresos detectados demostraban que estas actividades funcionaban como fachada para canalizar fondos ilegales. Esa mujer además percibe asignación familiar por sus hijos.

Otro cuñado de Carreño (en verdad, excuñado) es beneficiario del programa Hogar, AUH e Ingreso familiar de emergencia y no poseería impuestos activos según informe del ARCA. Sin embargo, se detectó en su billetera virtual un movimiento de cerca de 10 millones de pesos, además de ser propietario de dos autos, una moto y estar autorizado para conducir otro diez vehículos.

En total, se identificaron activos —entre inmuebles y vehículos— con un valor estimado de 850 mil dólares. Ninguno de estos bienes pudo ser justificado de manera legal por los involucrados.

Durante los últimos allanamientos, además de las detenciones, se incautaron 587.200 pesos en efectivo, 500 dólares, marihuana en dosis listas para su distribución, una máquina de contar billetes, una notebook, siete teléfonos celulares y una cámara de vigilancia, entre otros elementos de interés para la causa.

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