El ejercito de dios: "Quien será el próximo papa"
El Vaticano llevará a cabo el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años.
INSOLITO: sorpresivamente las casas de juego comenzaron a levantar apuestas sobre quién será el nuevo pontífice.
De esta manera, y mientras en el mundo reina la incertidumbre sobre el sucesor de Jorge Mario Bergoglio, las casas de apuestas comenzaron a recibir propuestas por los favoritos antes de entrar al cónclave, y de momento, son dos los carenados más elegidos por los apostadores.
Según OddsChecker, una plataforma que compara las cuotas de apuestas de diferentes casas de juego en línea, el italiano Pietro Parolin está a la cabeza, seguido del filipino Luis Antonio Tagle.
Del mismo modo, la plataforma de predicción neoyorquina Polymarket, basada en criptomonedas, tiene resultados similares.
Los candidatos: quiénes podrían ser los sucesores del papa Francisco
Luis Antonio Tagle, el progresista con un fuerte perfil social
Uno de los nombres más mencionados es el del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, quien es considerado uno de los cardenales más destacados del sector progresista. Su cercanía con la comunidad, su enfoque en la misericordia, y su labor como prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos lo colocan como uno de los favoritos para reemplazar al Papa Francisco.
Su trabajo en favor de los más necesitados y su enfoque inclusivo han sido clave en su carrera eclesiástica. Durante el Cónclave de 2013, ya fue considerado como una opción para el papado, y hoy sigue siendo uno de los principales postulantes.
Matteo Zuppi, la opción italiana con vocación de paz
Otro de los nombres que suena con fuerza es el del cardenal italiano Matteo Zuppi, de 69 años. Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es conocido por su sensibilidad social y su estrecha vinculación con la Comunidad de Sant’Egidio, una organización dedicada a la mediación de conflictos y al apoyo de los más desfavorecidos.
Su enfoque conciliador y su compromiso con la paz lo perfilan como un candidato que continuaría con la política de apertura y diálogo promovida por Francisco. Su trabajo en la mediación de conflictos y su dedicación al servicio de los más vulnerables le han valido el reconocimiento dentro de la Iglesia.
Pietro Parolin, el diplomático del Vaticano
El cardenal Pietro Parolin, de 70 años, es otro de los postulantes que cuenta con una fuerte base de apoyo dentro de la Curia Vaticana. Actual secretario de Estado del Vaticano, es reconocido por su vasta experiencia diplomática y su capacidad para llevar a cabo negociaciones internacionales.
Su rol en el acuerdo histórico entre el Vaticano y China sobre el nombramiento de obispos ha consolidado su posición como una figura influyente en la Iglesia. Aunque su postura es algo más institucionalista que la de Francisco, su experiencia lo convierte en una opción viable para aquellos que buscan un Papa que pueda mantener el equilibrio entre las tradiciones de la Iglesia y la modernidad.
Raymond Leo Burke, el candidato conservador
Entre los cardenales más conservadores, uno de los nombres que podría surgir como sucesor es el del estadounidense Raymond Leo Burke, de 76 años. Ha sido uno de los críticos más abiertos del Papa Francisco, oponiéndose a varias de sus reformas, especialmente las relacionadas con los divorciados vueltos a casar y la comunión para los homosexuales.
Su postura ultraconservadora dentro de la Iglesia ha generado controversia, pero su influencia sigue siendo considerable, y algunos lo ven como una opción viable para aquellos que prefieren un retorno a una Iglesia más tradicional.
Sin embargo, su posicionamiento en contra de muchas de las reformas de Francisco podría enfrentar resistencia dentro del Cónclave, especialmente por parte de los cardenales que apoyan la línea progresista del Papa actual.
Peter Turkson, el cardenal africano con un enfoque global
Otro de los nombres que podría ganar terreno es el del cardenal ghanés Peter Turkson, de 76 años. Ha sido considerado un candidato papal en varias ocasiones y sigue siendo una opción para los que buscan un Papa con una visión global de la Iglesia.
Como presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, ha mostrado un enfoque especialmente fuerte en la justicia social, el cambio climático y los derechos humanos, áreas en las que comparte muchas de las preocupaciones de Francisco.
Además, su origen africano le ha permitido captar la atención de muchos en los sectores más conservadores del continente, así como entre aquellos que abogan por un papado que represente mejor la diversidad global de la Iglesia.
Willem Eijk, el cardenal conservador con fuertes convicciones teológicas
En el sector más conservador, el cardenal Willem Eijk, de 71 años, arzobispo de Utrecht, Países Bajos, es considerado un firme defensor de los valores tradicionales dentro de la Iglesia Católica. Es conocido por sus opiniones estrictas sobre cuestiones doctrinales, especialmente aquellas relacionadas con el matrimonio, la vida familiar y la bioética.
Aunque no tiene la misma proyección internacional que otros cardenales, su figura ha ganado fuerza dentro del ala conservadora de la Iglesia. Su cercanía con movimientos tradicionalistas podría convertirlo en un candidato viable para aquellos que buscan un papado que refuerce la ortodoxia católica.
Peter Erdo, la opción tradicionalista de Hungría
El cardenal Peter Erdo, primado de Hungría y de 72 años, también es considerado uno de los posibles sucesores de Francisco. Ha mantenido una postura conservadora en varios temas, incluyendo cuestiones sobre la familia y la moral sexual. Su cercanía con los movimientos tradicionalistas de Europa del Este lo ha posicionado como una de las figuras destacadas de la Iglesia en esa región.
Aunque su influencia no es tan internacional como la de otros cardenales, su lealtad a la enseñanza tradicional de la Iglesia y su liderazgo dentro de la jerarquía eclesiástica húngara lo han colocado en la mira de quienes abogan por un regreso a una Iglesia más alineada con los principios doctrinales clásicos.