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InfoPasillo » EL PAÍS » 26 dic 2022

Policiales

Comienza el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa: la posible condena de los 8 rugbiers

En 2020, el joven de 18 años recibió una golpiza mortal a la salida del boliche Le Brique. Este 2 de enero comenzará en Dolores el debate por el homicidio que conmocionó al país. Algunos de los imputados podrían ser sentenciados a prisión perpetua.


 El asesinato ocurrió el 18 de enero de 2020 a la salida del Boliche Le Brique en Villa Gesell. A casi tres años del brutal crimen de Fernando Báez Sosael próximo 2 de enero de 2023 se dará inicio al esperado juicio contra los ocho rugbiers acusados de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.

En un principio, los rugbiers estuvieron alojados en el penal de Dolores. Finalmente, en marzo de 2020 fueron trasladados a La Plata, donde esperan el inicio del juicio.

El debate oral comenzará el 2 de enero y está previsto que termine el 31 del mismo mes. Sin embargo, hay muchas posibilidades de que se extienda, debido a que hay un gran número de testigos citados para prestar declaración.

Sobre el día del crimen

La madrugada del 18 de enero de 2020, Fernando Báez Sosa salió a bailar con sus amigos y su novia al boliche Le Brique, en Villa Gesell. Allí todo transcurría con normalidad, hasta que tuvo un encontronazo con un grupo de rugbiers. Parecía que la situación terminaba en ese lugar, pero la patota lo esperó afuera de la discoteca y lo asesinó a golpes.

El chico de 18 años había llegado a la ciudad balnearia el jueves 16 de enero. El plan era permanecer unos días con sus compañeros de la escuela secundaria y con su pareja, Julieta Rossi. Tanto él como sus amigos se alojaron en el hostel “Hola Ola”, donde iban a quedarse hasta el 23 de ese mes.

Al día siguiente de haber llegado, Fernando y sus amigos decidieron que iban a ir a bailar esa noche. Hicieron una previa y después fueron a la clásica disco de Gesell, que explotaba de jóvenes.

En un momento de la noche, los patovicas sacaron a Fernando después de que intentara defender a su amigo Julián García, que tuvo un altercado un grupo de jóvenes. La situación comenzó cuando uno de los amigos del joven rozó a uno de los rugbiers sin querer. Sin vueltas, la seguridad del local bailable echó a los dos bandos.

Luego de ser expulsado de Le Brique, Báez Sosa se quedó enfrente del boliche junto a otros compañeros, a la espera de que saliera el resto del grupo. Pocos minutos después, dos rugbiers (Enzo Comelli y Ciro Pertossi) vieron a Fernando. Ambos les avisaron al resto de la banda y todos fueron directo para atacarlo por la espalda. Eran diez, pero, según la fiscalía que investiga el hecho, solo ocho participaron del homicidio.

“A los cinco minutos de estar ahí, charlando con los chicos sobre el motivo por el cual los habían sacado y sobre lo que había pasado adentro, es cuando aparece un grupo de jóvenes. Nos empezaron a golpear a todos. Recibí un golpe en la boca, pero no fue nada, otros recibieron más que yo”, declaró Julián en la instrucción de la causa.

A Fernando lo golpearon tanto hasta el punto que lo dejaron inconsciente. Poco conformes con eso, le dieron patadas en la cabeza cuando estaba tendido en la vereda. Para evitar que los amigos pudieran defenderlo, algunos de los rugbiers les pegaron a ellos también.

El ataque a Báez Sosa duró menos de dos minutos, pero fue suficiente para acabar con su vida. De acuerdo a la hipótesis que se manejó desde el comienzo de la investigación, hubo una división de tareas para cometer el homicidio: algunos golpearon a Fernando y otros evitaron cualquier tipo de socorro.

Lucas Pertossi, otro de los imputados, filmó el comienzo de la golpiza, pero cortó la grabación para sumarse a la misma. Cuando el joven ya estaba en el piso totalmente desvanecido, Thomsen arremetió: “¡Dale cagón! ¡Levantate y peleá!”. Otra frase que se escuchó en un video fue una de Matias Benicelli. “¡A ver si ahora volvés a pegar de atrás, negro de mierda!”, le dijo al joven estudiante de Derecho.

Después del asesinato, los rugbiers volvieron al lugar donde estaban alojados. En el trayecto, relataron en voz alta todo lo que había pasado y fueron escuchados por una empleada de un hotel cercano. El testimonio de esta mujer sirvió para la detención de los jóvenes horas más tarde.

A las 5:30 de la madrugada, luego de sacarse los restos de sangre, algunos integrantes del grupo fueron a desayunar a Mc Donald’s, como si nada hubiera pasado. Esta secuencia también fue captada por las cámaras de seguridad del local de comida. Horas más tarde, pasadas las 10, finalmente fueron detenidos por la Policía Bonaerense.

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