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InfoPasillo » EL PAÍS » 22 sep 2022

Policiales

Arroyo Seco: la madre de la nena que mató a su hermanito había alertado sobre la salud mental de la menor

La adolescente, de 13 años, estaba bajo tratamiento psiquiátrico y hace tres meses se había escapado de su casa. En aquel momento, su madre relató la odisea para lograr que la atendieran.


El asesinato de un nene de 5 años -presuntamente a manos de su hermanastra de 13- conmocionó a Arroyo Seco, localidad situada 35 kilómetros al sur de Rosario. Según las primeras informaciones que surgen de la causa, la adolescente estaba bajo tratamiento psiquiátrico y sufrió una “crisis impulsiva” que desencadenó el hecho. Su mamá, Roxana, había lanzado repetidas advertencias sobre la salud mental de la chica.

C. se había escapado de su casa el 16 de junio. Ese día, la Guardia Urbana Municipal activó la búsqueda luego de que su mamá reportara la desaparición. La adolescente había salido de la Escuela Comercial cerca de las 18.30 y no regresó a su hogar.

Al caer la tarde, Roxana -cursa el nivel secundario para adultos- estaba en una clase y recibió un llamado que la aterró: una mujer había encontrado la mochila de C. en el mismo trayecto que recorría diariamente para asistir al colegio. La mamá pensó que su hija había sido secuestrada. Horas después, luego de las 22, apareció sana y salva en una iglesia de la zona.

Una desaparición y la advertencia que nadie escuchó: “A veces le agarran momentos así”

“Ella siempre llega a horario. Todos los días. Siempre se va y vuelve con el mismo compañero. Pero esta vez se fue sola y dejó el celu en casa. No tenía forma de comunicarme con ella y me agarró una desesperación terrible”, contó Roxana, de 32 años, en diálogo con Arroyo al Día. Y relató el drama que escondía la desaparición: “Voy a ser realista. Psicológicamente, ella no está atravesando un buen momento. Es la segunda vez que le pasa esto”.

La mamá mencionó entonces que C. estaba bajo tratamiento y tenía una conducta inestable: “Hay momentos en los que está bien y momentos como estos”. Y contó que luego de encontrar a su hija no logró siquiera entablar una conversación con ella: “Estaba enojada, sin querer hablar conmigo ni con su abuela. Eran la 1.30 de la mañana y no sabíamos qué hacer. A veces le agarran momentos así. Y bueno, hay que seguir”.

La mujer traía una mochila pesada desde unos meses antes de la desaparición de su hija. En noviembre del año pasado, había asistido a las oficinas municipales de Acción Social para pedir ayuda para C. Consiguió un turno cuatro meses después, luego de narrar su caso en medios locales, “pero nunca pude conseguir el número particular de la doctora”, aclaró entonces.

 

 

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