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InfoPasillo » EL PAÍS » 20 ene 2022

Policiales

Le cortaron los dedos a un delivery de comidas en un brutal robo

Ocurrió en Tucumán. “Fueron a matarlo y le arruinaron la vida”, declaró Sergio, el propietario del local gastronómico, que con esa drástica decisión perderá la mitad de la facturación.


En Tucumán, los constantes robos a los cadetes de una reconocida sanguchería provocaron que Sergio Santillán, su dueño, tomara una decisión impensada: suspender el servicio de delivery y quedarse únicamente con las ventas en el restaurante.

El propietario de El Turco abordó esta determinación luego de que uno de sus empleados sufriera un violento robo, en donde -producto de un machetazo- perdió cuatro dedos de su mano izquierda.

El hecho ocurrió el pasado lunes por la noche en el barrio Los Pinos. Allí, el joven llamado Martín Abraham se vio sorprendido por dos hombres que le exigieron su moto mientras lo amenazaban con un machete.

 

Al resistirse, los delincuentes intentaron lastimarlo en la cara y él, al defenderse, colocó su mano y sufrió dichas amputaciones. Tras ser intervenido quirúrgicamente, desde el lugar confirmaron que se encuentra fuera de peligro.

Sergio, su empleador, resolvió que los 16 cadetes que trabajan para sus dos locales no salieran más a la calle y que el servicio de entrega quedara suspendido para siempre. Su decisión implicó perder la mitad de la facturación y la reestructuración de su personal para que nadie resultara despedido.

“Tuvimos que suspender el servicio de entregas a domicilio por la inseguridad que estamos viviendo. Es doloroso porque no vamos a poder trabajar más con el delivery. He tomado esa decisión porque quiero resguardar la vida de los chicos”, dijo el propietario en diálogo con el medio local Los Primeros.

“Es una labor que pone en peligro en su vida. Los cadetes van a pasar a trabajar en nuestra cocina con nosotros. A él le arruinaron la vida”, reveló.

Sergio remarcó que en los últimos dos años sufrió el robo de siete motos en las puertas de sus restaurantes. Es por eso que la agresión que padeció la víctima de 19 años colmó su tolerancia.

“Estamos con el delivery desde que comenzó la pandemia. Desde ese momento sufrimos robos. No hemos tenidos desgracias, sí algunos chicos golpeados, pero esto fue muy agresivo porque fueron a matarlo. Si no ponía la mano iba directamente a la cabeza”, remarcó Sergio.

Esto no es una empresa, es algo familiar. Yo soy solo un administrador para que todos tengamos trabajo y llevemos nuestra platita dignamente a la casa. Acá se le abre las puertas a chicos que están en situación de calle para que puedan ganar su moneda”, agregó el dueño.

Sergio completó: “Algunos chicos tienen la moto como su única movilidad. No podemos mirar para otro lado. No es lo mío, no me corresponde. Voy a seguir poniendo el pecho por ellos. He pensado en cerrar la sanguchería por el cansancio que siento. Pero mi hijo y mi esposa me dan fuerzas”.

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