Hace cinco años comenzó su calvario, cuando fue a un cumpleaños frente a su casa, en Florencio Varela, y la drogaron, la raptaron y la violaron en manada. Ella denunció a sus abusadores, y desde entonces ya no tuvo paz: al ultraje se sumó el hostigamiento al que la sometió el entorno de los hombres a los que había señalado.

 

En marzo de 2022 estaba previsto el inicio del juicio a los diez acusados, uno de los cuales sigue prófugo. Pero Paula Martínez ya no pudo más. Este domingo, su tío la encontró colgando de una cadena atada al ventilador de su casa, en aquella ciudad del sur del conurbano.

 

Martínez, de 23 años, había sufrido demasiado. Tuvo otros intentos de quitarse la vida. Estuvo internada en un hospital neuropsiquiátrico. Su mente se quebró en el final de diciembre de 2016, cuando fue al cumpleaños de una amiga frente a su casa, en la calle Guardia Nacional al 1500, de Florencio Varela.

 

En esa casa a la que había ido a divertirse comenzó su peor pesadilla. Según denunció, la drogaron, se la llevaron de ahí y en otra vivienda fue violada por varios hombres. Al menos siete, según denunció.

 

Los investigadores del caso detuvieron primero a tres hombres, de 29, 30 y 40 años. En 2019 arrestaron a otros dos. Todos vivían en el mismo barrio que la víctima.

 

Pero las detenciones no bastaron para encarrilar su reclamo de justicia. Al contrario: Paula hizo más de 30 denuncias por hostigamiento y amenazas de muerte. Ella y su familia eran constantemente amenazados por familiares de los detenidos, según informaron portales de noticias.