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InfoPasillo » EL PAÍS » 26 oct 2021

POLICIALES

Desalojaron de la sala de audiencias al “hombre gato” porque no paraba de "maullar"

Gilad Pereg está acusado de los asesinatos de su madre y de su tía cometidos en enero de 2019 en la ciudad de Mendoza. El informe del psiquiatra forense dice que el acusado "está loco, tiene delirio de transformación corporal y es inimputable".


El israelí Nicolás Gil Pereg justificó el mote de “Hombre gato” que se ganó por las actitudes que asumió a partir de haber sido detenido por el asesinato de su madre y de su tía: en el banquillo de los acusados, y ante los 12 ciudadanos que integran el jurado que resolverá su futuro, no dejó de maullar.

 

Así lo hizo desde que la jueza técnica que dirige el debate, Laura Guajardo, le preguntó: “¿Señor Gil Pereg, este es su nombre?”, y él le respondió con un “miau”.

 

La magistrada ya le había advertido que se comportara con decoro y se mantuviera en silencio. Pero Pereg, incluso desde antes de que la jueza abriera el micrófono, él no dejaba de maullar incesantemente y con fuerza. “¡Basta, por favor! ¡Trasládenlo!”, ordenó Guajardo. La policía, entonces, levantó de su silla a este hombre alto y desgarbado, que llegó a la sala de audiencias vestido con un short estampado de baño, remera roja y sandalias, y se lo llevó.

 

Así, este exmilitar e ingeniero electrónico nacido en Israel hace 40 años, que llegó a la Argentina en 2009 para abrir un restaurante en Mendoza, que decía ser noruego y llamarse Floda Reltih fue conducido a una sala contigua conectada al circuito cerrado de video del centro penal de Mendoza, desde donde seguirá las alternativas del juicio al que llegó acusado de haber dado muerte a su madre, Pyrhia Saroussy, y a su tía, Lily Pereg, cuando lo visitaron en su predio de Guaymallén, en enero de 2019.

 

El episodio, seguramente, será aprovechado por la defensa técnica del acusado, que ya adelantó que planteará ante el jurado popular que Pereg padece serios trastornos de salud mental y debe ser considerado inimputable. Basados en las conclusiones a las que llegaron sus peritos psiquiátricos y psicológicos, intentarán convencerlos de que Pereg sufre de parafrenia y de licantropía clínica, que define las alucinaciones que hacen creer que son animales a quienes las padecen.

 

Fue inevitable que las referencias zoológicas barnizaran los alegatos de las partes ante el jurado, que al final del camino deberán optar por dos veredictos posibles en este caso: culpabilidad y condena a perpetua o inimputabilidad y sobreseimiento.

 

El fiscal Fernando Guzzo expresó: “Pido al jurado que no se dejen engatusar y que ladren más fuerte”. Y su colega, Claudia Ríos reclamó un veredicto “unánime” para que Pereg sea declarado “culpable” y que su madre y su tía “tengan justicia”.

 

De acuerdo con la investigación, en enero de 2019, la madre y la tía de Pereg habían arribado a Mendoza para visitar al ahora imputado, quien residía en un predio con una casa muy precaria que estaba llena de gatos y algunos perros en estado de abandono.

 

Las hermanas israelíes fueron vistas con vida por última vez el 12 de ese mes en ese domicilio, situado en la calle Roca al 6000, de Guaymallén, y 14 días después la Policía Científica encontró sus cuerpos mutilados y tapados con piedras y tierra en un sector del mismo predio.

 

Tras ser descubierto el doble crimen, Gil Pereg quedó detenido y durante su estadía en la cárcel mostró comportamientos extraños y aseguró ser "un gato", lo que reiteró en diversas oportunidades y audiencia.

 

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