Al parecer, varios legisladores de distintas provincias acentúan dudas sobre la metodología que se está utilizando como mecanismo para la expulsión: “No hay pedido de un juez, no hay fallo, es muy difícil avanzar en ese sentido, porque tampoco se trata de violar la Constitución para lograr un fin planteado”, parece ser el argumento de varios de los dudosos.

Por ejemplo, una nota publicada en el diario Clarín durante la tarde de este domingo da cuenta de que tres legisladores misioneros que se habían separado del bloque K van a posicionarse en la defensa del ex funcionario, y así habría otros provinciales que están en la misma sintonía.

Este fin de semana operadores de Cambiemos ya dejaron trascender la preocupación y la falta de número suficiente, y como contrapartida desde el devidismo aseguran que están en buen diálogo con legisladores que no estaban contabilizados y que poco a poco toman distancia de la posición de la expulsión.

Algunos números interesantes para la sesión especial del miércoles, si es que se hace finalmente, tienen que ver con que para empezarla el oficialismo necesita 129 diputados sentados, y para eso ya habría compromiso de 87 diputados de Cambiemos, 37 del Frente Renovador, 17 del Bloque Justicialista y 8 de los Progresistas.
Pero la cuenta más complicada es que el oficialismo y aliados necesitarían 172 manos levantadas si es que hay asistencia perfecta a la sesión, y ahí es en donde el exitismo inicial del Gobierno empieza a entrar en algunas dudas.

La cuenta vista de otro lado dice que De Vido necesita 86 votos seguros, y que entre los más de 70 del kirchnerismo y aliados, más los santiagueños del Frente Cívico, el Movimiento Evita y algunos otros más la cuestión estaría bastante cerca de asegurarse.
Final más que abierto en donde todas las partes se juegan mucho.